En Farmacia I+, como grupo de farmacias plenamente centrado en la salud y el bienestar de nuestros clientes, y alejados del concepto tradicional de central de compras para farmacias, somos plenamente conscientes de la importancia de todo lo relacionado con la nutrición. Sabemos la importancia que una farmacia puede tener en el día a día de una persona y, por eso, apostamos por ofrecer en nuestras farmacias servicios sanitarios que suponen una vuelta de tuerca al modelo de negocio de farmacia. Servicios, como el de nutrición y dietética, que es ofrecido en nuestras farmacias por profesionales capaces de guiar a los clientes hasta que estos consigan implantar pautas nutricionales de valor en su día a día.
Es llegar el otoño y las ganas de cuidar parecen llegar a nuestras vidas dispuestas a quedarse. Para conseguirlo, es frecuente buscar ayuda de un profesional de la nutrición con el objetivo de aprender a comer, de manera general, y de perder peso, de manera concreta. En esta realidad, las ensaladas parecen convertirse en las reinas de la mesa. Ante esto, los nutricionistas de nuestras farmacias piden ser precavidos y no dejarse llevar por falsas creencias que pueden terminar teniendo un prejuicio para nosotros.
Apostamos por las ensaladas pensando que son 100% saludables y que, además, van a ayudarnos a perder esos kilitos de más con los que hemos vuelto de nuestras vacaciones estivales. ¿Nos equivocamos? Los nutricionistas de nuestras farmacias, encargados de un servicio que tanto aporta, lo tienen claro. Si cada día una ensalada de acompaña durante el momento del almuerzo o de la cena, quizás estés cometiendo un error.
“Necesito perder peso. ¡A partir de hoy, ensalada para comer y ensalada para cenar!” Como sabemos que suele ser un pensamiento clásico cuando queremos ponernos a dieta, y que en nuestras farmacias oímos frecuentemente en el discurso de quien acude a nuestras farmacias con la necesidad de perder peso y aprender a comer, es importante aclarar algunos errores que es posible que estemos cometiendo y que terminen convirtiendo nuestras ensaladas en platos realmente poco saludables y cargados de calorías innecesarias para el organismo. En general, debemos tener un cuidado especial a la hora de añadir condimentos a la ensalada. Además, lo normal es querer cubrirla toda con estos condimentos y esto provoca una presencia innecesaria de alimentos perjudiciales.
A continuación, te presentamos algunos de los errores más frecuentes sobre los que, los nutricionistas de oficinas de farmacia, hacen especial hincapié a la hora de preparar una ensalada y que, poco o nada, contribuyen a nuestro objetivo de apostar por hábitos nutricionales saludables. ¡Vamos a por ellos!
1.- ¡Ojo con las salsas!
Si eres de los que se decanta por las salsas como aderezo para dar forma a una ensalada top, entonces este consejillo te interesa. Uno de los problemas más clásicos que aparecen cuando hablamos del aliño de una ensalada con una salsa está relacionado con el tipo de salsa que empleemos. ¡Ojo si eres adicto a las salsas del super! Y es que estas salsas suelen tener importantes cantidades de grasas y azúcares, por lo que, a pesar de que el plato tenga un aspecto de lo más saludable, ¡el aporte calórico que lleva es elevado! ¿Entonces? La alternativa más sencilla y rica es sacar tu lado más cocinilla y hacer tus propios aliños.
Otra de las cuestiones que surge en torno a las salsas, es la cantidad. En este sentido, da igual si estamos hablando de una salsa procedente del super o de una salsa casera: añadir demasiada salsa va a hacer de tu ensalada un plato poco saludable. Para no caer en esto, ¿por qué no pruebas coger un bol, echar la salsa y, encima, poner la ensalada? Remuévelo todo bien con las manos y así conseguirás impregnarla bien de condimento sin tener que caer en un exceso.
2.- ¡No te pases con el queso!
Si eres queso lover seguro que no falta este condimento en tu ensalada. Realmente, añadir este ingrediente no es una mala opción, ya que estamos ante una fuente de calcio y proteínas óptima para nuestro organismo. Sin embargo, todo depende de la cantidad y del tipo de queso, ya que si elegimos uno demasiado graso el aporte calórico sería excesivo e innecesario. Prueba, por ejemplo, con queso parmesano rallado, que podrás distribuir mejor y, así, no necesitarás usar demasiado. El queso feta o mozzarella también son buenísimas opciones al ser alternativas bajas en calorías.
3.- Los procesados… ¡cuánto más lejos, mejor!
¿No tienes, a veces, la sensación de que cuando comes ensalada sientes hambre al momento? Para evitarlo, es normal que añadamos alimentos proteicos. ¡Pero, cuidado! Si incluyes alimentos procesados como el bacon, estarás aumentado el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. ¿Opciones más saludables? Elige pescado, marisco, pollo a la plancha… ¡todas riquísimos y mucho más saludables!
4.- ¡Al rico picatoste!
¡Pero qué ricos están los picatostes! Es cierto que pueden añadir ese toque crujiente que tanto gusta en las ensaladas, pero también lo es que el pan no es un alimento demasiado recomendable -sobre todo frito- si tu objetivo es perder algo de peso. ¿Y si los sustituyes por unas cuantas de nueces o un poco de quinoa hinchada? ¡Tu ensalada seguirá teniendo ese toque crujiente tan atractivo sin poner en riesgo tu dieta!
5.- ¡No te pases con los frutos secos!
Los frutos secos son un alimento saludable, ¡tomados con moderación! Evita añadir demasiados a tu ensalada, ya que, si no, acabarás aportando calorías sin apenas darte cuenta. ¿Quieres un truco? Si partes los frutos secos en trocitos pequeños te será mucho más fácil distribuirlos por tu ensalada sin abusar de la cantidad.
6.- El arroz y la pasta… ¡con moderación!
Las ensaladas de arroz y de pasta no son perjudiciales para la salud siempre y cuando la cantidad de carbohidratos no sea mayor que la de verdura. Intenta no pasarte y decántate por su versión integral.
7.- ¡No te quedes corto con las verduras!
Si te haces tu ensalada con un poco de lechuga, un tomate y un pepino no te sentirás saciado y terminarás picoteando y añadiendo ingredientes poco saludables. ¡Apuesta por la variedad t el color! Añade zanahorias, espinacas frescas, calabazas… ¡apuesta por ingredientes que no te aporten demasiadas calorías y que, además, te ayuden a sentirse saciado y a que el hambre no haga su aparición!
8.- ¿Y qué pasa con la sal?
¡Buena pregunta! Si añades sal en exceso podrías aumentar el riesgo de padecer hipertensión arterial, ictus, infartos… Prueba con otras alternativas mucho más saludables como especias ¡y ganarás en salud!
¿Listo para preparar una ensalada que te aporte salud y te ayude a alejarte de calorías de más? ¡Manos a la obra! ¡Pregunta en cualquiera de nuestras farmacias y te ayudaremos con tus objetivos de vida sana!